Nunca una aventura pirata te había gustado tanto
"Piratas del Caribe nos sumerge literalmente en un mundo que no existe. Cuando te subes al bote, todo está tranquilo, como si te fueras a dormir. Y entonces te encuentras inmerso en un sueño, en otro mundo, en otro tiempo. Para mí, esta es la razón por la que Piratas del caribe es el mejor ejemplo de realidad virtual en el sentido de que todo en esta atracción es "virtualmente real." Tony Baxter.
Con motivo del 25 aniversario de Disneyland París, comenzó la obra de renovación de Piratas del Caribe que, supuso la contratación de cerca de ciento treinta trabajadores y duró casi siete meses.
En Disneyland París el edificio de la atracción no tiene nada que ver con una elegante mansión de Nueva Orleans, ni tampoco tiene una fachada con curvas hispánicas como ocurre en el resto de parques de Disney. Este edificio es una verdadera fortaleza donde podremos ver los recuerdos de los asaltos que sufrió.
Cuando hablamos de la atracción de Piratas del Caribe, tenemos que hablar también de los alrededores de la atracción como tal, debido a que la aventura comienza mucho antes de entrar en ella. El entorno cambia a medida que nos acercamos a la atracción para despertar la curiosidad de los visitantes e invitarlos a entrar de lleno en la cola de la atracción.
La entrada principal de la atracción se encuentra al otro lado del Mar de los Espadachines, alrededor de la parte del restaurante de Pinocho basada en el naufragio del barco de Geppetto. También se puede llegar a Piratas a través de Fantasyland por el lateral de la atracción de Peter Pan ya que, los dos lands fueron especialmente pensados para poder unir tanto un paisaje inspirado en la Inglaterra del siglo XIX, como un paisaje del Caribe.
En la fachada de la atracción, que ocupa una superficie total de 3000 m², la hicieron disposición de las ventanas de la torre hace que parezca un cráneo, también podemos ver una enorme bandera pirata que domina toda la fachada y unos cañones que la protegen. También podemos ver el deterioro de las paredes por los diferentes asaltos que ha sufrido.
Para diseñar la estética de la atracción, el equipo creativo se documentó sobre la historia y la arquitectura de esta parte del mundo y, especialmente en los edificios militares de las antiguas posesiones españolas en las Indias Occidentales.
Entre las fuentes de inspiración se encuentra el Fuerte de San Felipe del Morro en Puerto Rico, construido en el siglo XVI o el fuerte de San José de Campeche en el Golfo de México, entre otros. Todos tenían en común la altura y la pequeña inclinación de los muros del recinto para desviar las bolas de cañón.
En lo único que los creativos no fueron fieles a la arquitectura de la época y del lugar, fue en la torre central, que imita la de un fuerte europeo.
La parte exterior de la cola ya nos hace sumergirnos en el ambiente gracias, sobre todo, a la vegetación que fue cuidadosamente elegida para imitar, en todo lo posible, a la vegetación caribeña, al mismo tiempo que pudiese resistir la climatología de París.
El acceso a la atracción como tal, no se hace por una gran puerta como en el resto de atracciones, se hace por una entrada oculta y, entramos a una cueva oculta que nos conduce directamente al arsenal.
Al entrar en la cueva, los visitantes pasamos de tener plena luz y visibilidad a la oscuridad de las profundidades del arsenal. En la penumbra, la visión se reduce pero, el resto de los sentidos se agudizan. A través de los pasos nos daremos cuenta que el recorrido es muy cambiante y nuestros oídos nos advierten de que están en guardia con las notas bajas del trombón y los acordes de los órganos.
De la cueva pasamos directamente al fuerte, aquí cada elemento nos remontará a una parte de la historia. Un poco más adelante encontramos una sala de tortura, como advertencia a todos los que quieran entrar y tengan malas intenciones.
La luz, en este punto de la atracción, es un ingrediente esencial para hacer que los visitantes se sumerjan de lleno en la historia y, el tratamiento de las luces en Disneyland París es único entre el resto de los Parques Disney, que fueron diseñadas según técnicas procedentes del teatro.
En la parte final del recorrido llegamos a Port Royal, sede notarial del pirata Henry Morgan, antigua sede del gobierno británico en Jamaica que, hoy es el puerto pacífico de embarque de la atracción. Los visitantes se encontrarán bajo el cielo estrellado en una noche tranquila del Caribe donde descenderán una pequeña cuesta que los llevará a los barcos y Cast Members.
La flota de la atracción cuenta con alrededor de 35 barcos capacitados para 23 pasajeros. El tipo de vehículo que se utiliza para esta atracción, fue primeramente diseñado para It 's a small world que, se basa en la creación de una corriente que permite hacer avanzar los barcos a lo largo de todo el recorrido a una velocidad constante.
Los Cast Members de esta atracción, aunque vistan de piratas, no tienen un temperamento bélico pero, naturalmente, a ellos se les llama “tripulación”. Entre ellos está el Vigila que es el que se encuentra al principio de la cola de la atracción, el Armador que es el que vigila la cola y el Estibador que es el que distribuye a los visitantes en los barcos.
Una vez subimos en las barcas y comenzamos el recorrido propiamente dicho de la atracción, llegamos a una laguna que está bañada por la luz de la luna. Podemos oler un perfume a mezclas de especias y olores yodados del Mar Caribe. Estamos ahora mismo en el Capitain Jack's, una taberna de los mares del sur.
Entre el 1992 y el 2016 este sitio era conocido como Blue Lagoon Restaurant pero, ha pasado de ser un restaurante a una taberna pirata donde el propietario del lugar es el propio Jack Sparrow.
Los chef de Disneyland París aprovecharon la rehabilitación del lugar para reinventar la experiencia culinaria del lugar y crear explosiones de sabores mas exóticos
Tras pasar la zona de la taberna, los visitantes ven una abertura en la muralla que los conduce a una antigua rampa de madera y metal que aún funciona. A medida que avanzan por la rampa lo que podemos ver no es nada tranquilizador ya que, en todo lo alto, encontramos los rostros fantasmales de Davy Jones y Barbanegra.
El cambio más notable de esta atracción con respecto a las de otros parques, se sitúa en la escena de los piratas prisioneros del fuerte sumergido. Era imposible mantener las dos celdas una al lado de la otra, por tanto, se colocó una a cada lado del canal para evitar que los visitantes centren su mirada hacia delante y puedan anticipar la caída que viene y los sumergirá en el corazón de una batalla naval.
Esta primera caída tiene 4,5 metros de altura y, al caer, impulsados por la corriente, llegamos al lugar donde dos barcos se encuentran en medio de una batalla. Ya empapados por las salpicaduras, los visitantes tienen que permanecer alerta mientras zigzaguean entre los proyectiles que lanzan los barcos.
Para evitar los ataques de los barcos, los visitantes son redirigidos a una ciudad española que está siendo saqueada por piratas. Es en esta escena donde podemos ver una inmensa cantidad de animatronics de la atracción.
Hay escenas muy famosas de la atracción como es la del Alcalde siendo interrogado para que confiese donde está el tesoro, los aldeanos que se ven obligados a traer sus bienes a los piratas para subastarlos, el aldeano y la mujer pirata enfrentados en un duro duelo de espadas, etc.
En cuanto al animatronic de Jack Sparrow, fue añadido en el 25 aniversario de Disneyland París, los imagineers retomaron la técnica que desarrolló Blaine Gibson, técnico y animador asistente entre 1939 y 1961, pero modernizarlas un poco.
La primera etapa consistió en esculpir la cabeza con arcilla. Una vez se valida esta escultura, se realiza un molde para verter la silicona que luego imita la piel del rostro. Y, es dentro del cráneo donde está la tecnología para mover los labios y los ojos. Es finalmente el cabello y los accesorios los que les dan el toque final y lo hacen cien por cien realista.
En esta renovación de 2017 se incorporaron a la atracción a Jack Sparrow y a Hector Barbossa, que tienen la última generación audio-animatrónica y ofrece aún más flexibilidad en la animación.
El proceso fue más complicado que el de los animatronics anteriores, ya que además había que imitar los movimientos de los actores de la película y, para ello, los creadores vieron mil veces las películas para imitar a la perfección los gestos.
Hacen falta varios meses para crear un personaje animatrónico y luego añadirle audio. Todo comienza con una maqueta que permite precisar el papel en la escena. Luego viene
la construcción propiamente del esqueleto de metal y fibra de vidrio cubierto con un montón de hilos y tuberías y, posteriormente es cubierto con piel de silicona y ropa.
En la atracción de Piratas del Caribe hay más de 100 animatronics en total.
En esta atracción es muy importante la música, hay una escena en la que tres piratas músicos cantan la canción “Yo Ho” que, es el tema musical de la atracción.
La dificultad de escribir una canción para una atracción como esta está en que no puede tener ni principio ni final. Cada verso debe ir por su cuenta y no tener relación con el resto de la canción aunque tenga el mismo ritmo ya que, no saben en qué momento va a pasar una barca con visitantes por ahí.
Tras salir de esta zona, los barcos entran en una ciudad incendiada donde unos piratas temerarios siguen saqueando y festejando sin pensar en las consecuencias. Esto se queda atrás mientras los barcos entran en un túnel oscuro antes de ser alcanzados por una importante explosión mientras caen por una caída de 2,5 metros de altura.
Como curiosidad, durante la fase de prueba de la atracción uno de los guardias de seguridad creyó que el incendio de la ciudad era real y corrió a ese escenario con un extintor antes de darse cuenta que realmente eran efectos especiales.
Después de haber sobrevivido a esa caída de 2,5 m, los pasajeros se enfrentan a una terrible tormenta y finalmente se encuentran con el Capitán Barbossa que, entre truenos y relámpagos se transforma en un esqueleto amenazador.
Por otro lado pasamos a la escena final, donde encontramos a Jack Sparrow que, como de costumbre a conseguido el botín que quería y, lo encontramos en la cima de una impresionante montaña de monedas de oro con una copa de ron en la mano cantando el famoso “Yo Ho”.
Como curiosidad este tesoro de Jack está compuesto por 30 000 piezas unidas una a una a mano.
Esta atracción enorgullece a los creadores que inspiraron a los guionistas de la saga, que luego fue trasladada a los cines.
Es una atracción bastante flojita, por ello no tiene altura mínima, aunque cuenta con dos caídas de intensidad moderada. Al ser una atracción de agua en las caídas podríamos mojarnos un poco pero nada significativo. La atracción cuenta con Premiere Access previo pago a través de la App de Disneyland París y cuyo precio varia según la temporada y el día. No tiene single rider.
El tiempo de espera por la mañana y a medio día suele ser más alto que por la tarde justo después de la cabalgata. En temporada alta puede superar la hora de cola pero en temporada media y baja podemos hacerla perfectamente en menos de media hora.
Os dejo por aquí un vídeo del recorrido de la atracción.
Si pinchas en este link podréis escuchar la BSO de las películas de Piratas del Caribe.
Si te gusta Adventureland te recomiendo el post sobre su otra atracción, Indiana Jones.
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La mayoría de las imágenes son de Google Imágenes, otras son extraídas del libro que sacó en 2019 @disneylandparis sobre esta atracción y la de la portada y la torre son de @elcorazondelamagia.
La información de este post esta también sacada del libro de @disneylandparis de 2019 sobre Piratas del Caribe.
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